La mayor parte de los días no tengo mucho que decir. A veces incluso siento que soy capaz del mayor silencio, de guardar adentro de las gavetas de mi cabeza los hechos importantes e intrascendentes de mis días, para no dejarlos salir jamás.
Sin embargo, otras veces tengo que contar las cosas que veo. Hoy, por ejemplo, noté que en la ventana frente a la ventana de mi oficina hay un rótulo que invita al silencio. N0table descubrimiento, puesto que no le pongo mucha atención a lo que está dentro del vidrio sino a lo que está afuera. Suelo ver más allá de las cuatro ventanas en línea, suelo ver el verde de afuera y no las oficinas adentro. Voy al contrario de cierta canción, porque afuera está el verde.
Adentro. Adentro no te cuido, solo afuera.