Le doy la bienvenida no oficial a la mascota no oficial del blog. Le deseo toda la suerte que no sé si tuvo la última mascota que compartimos el Chino y yo. Dicho individuo fue Perro Muerto. En realidad no era nuestro, ni estaba muerto, tampoco nos consta que fuera 100% perro, pero llenaba un pequeño espacio en esas tardes de vino por los parques de la ciudad.
El señor Don Perro Muerto vivía (no mencionen la paradoja en este asunto) a un par de cuadras de la casa del Chino. Dormía debajo de los carros o en un pequeño espacio lleno de tierra en la banqueta. Solo una vez lo vi caminar y casi me muero de la emoción.
Supongo que seguirá por esas calles cercanas a la vía del tren, caminando por callecorreos cuando nadie se da cuenta de que en realidad vigila esos espacios vacíos que están reservados para las figuras de nuestra imaginación.
El señor Don Perro Muerto vivía (no mencionen la paradoja en este asunto) a un par de cuadras de la casa del Chino. Dormía debajo de los carros o en un pequeño espacio lleno de tierra en la banqueta. Solo una vez lo vi caminar y casi me muero de la emoción.
Supongo que seguirá por esas calles cercanas a la vía del tren, caminando por callecorreos cuando nadie se da cuenta de que en realidad vigila esos espacios vacíos que están reservados para las figuras de nuestra imaginación.
1 comentario:
Buenísimo el blog.
Hace unos días estaba pensando precisamente en La Fortaleza...
Abrazos, y gracias por incluirme en tu espacio, Ades.
Publicar un comentario