Hace algun tiempo tuve que cambiar de cédula o documento de identificación, pues el estado en que estaba la anterior era deplorable, las hojas húmedas y engrapadas para evitar que se perdieran, la fotografía se despegó, no tenía carátula... en fin, un verdadero desperdicio. En varios lugares me advirtieron que no volverían a aceptarla en ese estado, entonces, fui a renovarla. El proceso burocrático es básicamente el mismo en todos lados. Inicié el proceso y me entregaron el dichoso documento. Como no estaba acostumbrado a revisar la información (ahora y desde esa vez sí lo hago), me dirigí con mi nueva cédula de vecindad a iniciar el trámite de licencia de conducir. Ya en este punto y luego de hacer varias colas, llegué a la ventanilla de toma de datos. Al momento de ingresar mi fecha de nacimiento, el muchacho que atendía me dice: lo siento, pero usted no existe en nuestros registros... La situación fue de lo más extraña. Esto no era posible, pues no se trataba de mi primera licencia de manejo. No podría ser -le dije-, revise bien la información. Si, ya lo hice, usted no está en nuestro registro...no existe. Wuau!, pensé... el efecto Matrix. No existo... en sus registros. Entonces observé mi nueva cédula y en efecto, habían escrito mi fecha de nacimiento con tres años menos.
Lo que al principio parecía broma, se convirtió en un calvario de idas y venidas a la municipalidad. Para éstos casos hay que poner buena cara, sonreir si es posible, porque invariablemente siempre la burocracia es quien tiene la última palabra. Luego de varias visitas prolongadas, conseguí que se hiciera la corrección. Ingenuamente creí que repondrían esta cédula por otra nueva, pero mi sorpresa fue grande al ver que la señora que me atendió puso un sello en una de las hojas de la cédula y escribió en garabatos que la fecha había sido consignada mal, por error.
Después de este momento aún no he sabido cómo sacar provecho de ésta particular situación. Por ahora, cada vez que realizo un trámite, tengo que contar ésta historia, porque nadie se toma la molestia en leer la "enmienda" con el sello.
Ahhh, como diría Silvio Rodriguez... si fuera 10 años más joven que felíz...
Después de este momento aún no he sabido cómo sacar provecho de ésta particular situación. Por ahora, cada vez que realizo un trámite, tengo que contar ésta historia, porque nadie se toma la molestia en leer la "enmienda" con el sello.
Ahhh, como diría Silvio Rodriguez... si fuera 10 años más joven que felíz...
2 comentarios:
aparte de eso, cuando te casas, ponen otro sellito en la cedula donde dice que estas casado. chistoso eso.
ja ja ja.. me acuerdo de esa payasada..
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