El truco está en llegar antes de que enciendan las luces de navidad o cuando las apaguen, señal inconfundible de que la vida en cualquier centro comercial no está tan movida. Uno se sienta como por casualidad en cualquier banca al lado de un basurero (porque de alguna forma siempre acabo al lado de un basurero) y ve pasar a la gente.
Siempre pasa alguien con el pelo rosado y alguien que corre por el pasillo. Pasa un guardia que te ve con cara de pocos amigos y que a la menor oportunidad te hará saber que él "tiene el poder". Pasa una mamá que no le quiere comprar algo a la niña que lleva colgada a la cintura y que le suplica que por favor, por favor, por favor. Pasa la chica que estudia para chef y que lleva una bolsa enorme que seguramente contiene un sarten enorme o un cuchillo enorme o algún plato enorme lleno de galletas.
El truco está en llegar y no esperar nada en realidad, en no tener ganas de comprarte algo, en mirar a tu alrededor y saber que las tardes están llenas de esas personas que vemos pasar.
2 comentarios:
el fin de semana me fui a un centro comercial a hacer unas vueltas, y ya tenían arboles de navidad.. qué pasó con Halloween???
Si, antes existían más festividades, más armónicas y variadas. ¡Qué hueva que ahora todo sea navidad!
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