Hay días que uno quisiera irse a tomar un paseo largo, muy largo. Evitar a toda costa saludar a la misma gente, evitar caminar por las mismas calles, tomar las mísmas vías de escape del tráfico. Son días desencantados, pero no pueden ser así siempre. Me gustaría cruzar la ciudad de otras formas, no en línea, tal vez en sentido diagonal. Entrar a casas de desconocidos, saludarles amigablemente, pasar por salas de reuniones, y saludar amigablemente. Hacerlo de vez en cuando, para despertar en todos esa sensación de que estamos en esta vida por muchas cosas más.
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