lunes, marzo 17


De lo risible a lo molesto -pasando por lo ridículo-

No se confundan, no hablo de la brutalidad policial como tal, hablo de lo bruto que puede ser un policía. Ignoro si en las sociedades más avanzadas los políticos hacen uso de los recursos públicos para tener ¨seguridad¨, con ésto me refiero a guardaespaldas y un séquito de gorilas que vigilan los pasos de cerca de éstos personajes de la vida pública. Ya había pasado mucho tiempo que no me topaba con éste espectáculo que al principio es risible -ojo, que hablo de algo que sucede en menos de un minuto-. Primero, las sirenas de la carabana presidencial hacen un escándalo. Uno piensa, que posiblemente se trate de una ambulancia que necesita pasar de inmediato, razón por la cual hay que detenerse. Pero ahí empieza lo risible que pasa a lo ridículo: ver una comitiva presidencial conformada por cuatro vehículos y varias motos policiacas que hacen el alto y se adueñan de calles y avenidas con tal que el presidente, el Señor Presidente pase sin complicaciónes. Acá da comienzo lo molesto, porque no hay razón lógica para que el Señor Presidente atropelle la libre locomoción de la población. No tiene ningún derecho de tomarse las calles como amo y señor. Pero así funcionan las cosas en éste pais, al menos, en éste dichoso país. Y el policía -que es un bruto- hace muecas molestas porque al humilde conductor -yo, en éste caso-, le importa un comino que venga el Señor Presidente e intenta en vano hacer uso de su libre derecho de locomoción pensando: qué carajo derecho tiene este pendejo de pasar antes que yo? Pero las cosas, lamentablemente, no funcionan así. Al menos no en éste país. Y bueno, pues no queda más que esperar que la comitiva presidencial pase y atropelle mis derechos, porque bueno... así funcionan las cosas en éste país. Al menos, en éste dichoso país.

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