
Tengo ya una biblioteca... cosa curiosa, anteriormente, tenía una discoteca, pilas de discos que con el tiempo han pasado a un segundo plano -ya ven, la tecnología-, pero aún así, hay otros que por su diseño es dificil resistirse a tener.
El primer libro que tomé de este viaje fue una recopilación de obras de teatro del escritor Nadaista Gonzalo Arango -poeta Nadaista colombiano de los años '70-. Tres obras compiladas en una edición minimalista, que por cierto compré en La Candelaria, en el edificio del Fondo de Cultura Económica del recientemente fallecido arquitecto colombiano Rogelio Salmona. Lo terminé de leer en una semana y me pareció fascinante. Luego, vinieron el resto, se han sumado algunos regalos -como el reciente de Darío Fo que me obsequió Ades-, aunque he definido ya cuáles han sido mis favoritos. En primer término, Guadalupe años Sincuenta, del colectivo teatral La Candelaria -Bogotá-, Los papeles del Infierno, de Enrique Buenaventura, así como otros más ilustrativos como Arquitectos a Escena, El Teatro Malandro de Omar Porras o el Diccionario del Teatro de Patrice Pavis.
Esta pequeña guía serena no la escribo para nada más que compartir este amigable cambio en mi vida. Desde hace algún tiempo -y esto jamás me había sucedido-, frecuento librerías, aunque lamento que las ediciónes de libros de teatro sean casi nulas y sobre todo caras como un berraco.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario