sábado, marzo 29

Y bien, ya Ades en otra oportunidad realizó un video sobre éste libro y lo subió al blog de la fábrica. Por cierto -pude acceder a las pruebas de grabación y es realmente cómico-.

Esta es la portada del libro Callecorreos, que escribimos Ades y yo hace ya un buen rato, quizá unos cuatro años, quizá más... no recuerdo bien, todavía tenía pelo, todavía no había blogs. La historia de cómo surgió éste proyecto es más o menos así:

Cierto día hablamos sobre la existencia de dos personajes: Amalia y Marcos. Coincidentemente, ambos trabajabamos en ése momento en la construcción de una historia sobre éstos dos personajes sin saberlo!!!!! Fue algo muy extraño, mágico y único, sobre todo tomando en cuenta que teníamos poco tiempo de conocernos y no hablamos de nuestros trabajos literarios. Decidimos, sin más, juntar ambas historias en un libro. Lo más curioso de todo fue saber que en la historia de Ades, Amalia le envía cartas a Marcos y éste a su vez lo hace con Amalia, y en la historia de Antonio, Marcos busca a Amalia y ésta a su vez lo hace con Marcos, lo cual resultaba ser más que coincidencia.
El proyecto dio inicio al tener terminados ambos textos, un poemario en la primera parte y una obra de teatro en la segunda. Luego vino el proceso de diagramación que lamentablemente no pudo concretarse como originalmente fue planteado y la portada fue lo único que se conservó intacto (en el original, habría diagramación con algunos elementos en las páginas interiores). El nexo entre ambas historias quedó resumido en una ventana, por donde Marcos y Amalia escribían su historia propia y fue ésta justamente la imágen principal del libro. Ahora bien, por qué Callecorreos? Quizá Ades tenga su propia versión del asunto, yo puedo escribir la mía: con anterioridad vivía abajo de la calle del edificio de correos de la ciudad capital. Al salir de casa, podía ver a diario el arco de éste edificio que alberga las oficinas de correos y telégrafos construido a finales de los años ´30s. La historia de Marcos y Amalia que yo escribía tenía por escenario la línea del tren, y ésta pasa justamente bajo la Calle de Correos, y como en la historia de Ades, Amalia y Marcos se envían cartas, no hubo que pensarlo demasiado, así surgió Callecorreos. Las historias, sumadas a la imágen de la ventana y los elementos propios de la calle, como pueden ser señales de tránsito, asentaron el título del libro.
El proceso de producción del libro fue un reto pues al no contar con los recursos para pagarnos una editorial lo hicimos a través del proyecto Zoom, una idea que anda en el aire por ahora. Fue así como con paciencia y orden, recopilamos los materiales necesarios para concretizar el sueño, ésto sumado a la cantidad de amigos que estuvieron siempre pendientes de nosotros, colaborando en todo lo posible.
Una impresora prestada, tazas de café y tormentas de ideas fueron la tónica que definió el proceso de impresión de los ejemplares, donde había que resolver algunos detalles importantes, entre ellos, cómo hacer que el libro estuviera unido en sus páginas, pero como siempre nos ha faltado un tornillo, esa vez decidimos abrir boquetes a las hojas y literalmente "atornillar los libros", lo cual le dio un carácter extraño. Muy extraño, pero ésto llamó la atención de inmediato.

Se terminaron de imprimir los libros, calculando un tiraje de 100 ejemplares. Recuerdo las llamadas que hacía a Ades, quien más de una vez se había desvelado terminando de imprimir los libros en el afan de terminarlos para la fecha estipulada ya que como imaginarán habíamos planificado una presentación con toda la pompa del caso. Para ello, contratamos el bar de una sala de cine el cual imprimía un efecto muy profesional a todo el proyecto. Luego de atornillar y desatornillar, compaginar y desconpaginar, sudar frío, no dormir y un interminable listado de etcéteras, el libro estaba casi listo. Aún en la etapa final surgieron inconvenientes. Anécdota: la casa donde Ades vive está situada en el lugar más humedo del mundo, los libros sucumbieron ante los efectos de la naturaleza, por lo que al final hubo un buen número de ejemplares que parecía habían sido rescatados de una inundación. De hecho, si mal no recuerdo, hubo una pequeña inundación en la casa de Ades días antes de la presentación, los libros estaban sobre una alfombra que por algún motivo por la noche se humedeció lo suficiente como para complicarnos la existencia.

Pero el show debía continuar. Llegó el día de la presentación, a la cual asistió un numeroso grupo de personas, de hecho, el lugar se llenó. Muchos nervios, pero al final todo salió perfecto. Se vendieron libros, se firmó autógrafos, se bebió buen vino, hubo charla amena, risas, felicitaciones y demás. Después de ésta presentación hubo otras dos más, que tuvieron el mismo éxito que la primera. Se repartieron libros entre algunas librerías y por un buen tiempo se habló de Callecorreos.

En síntesis, el proyecto que hicimos fue muy hermoso. Siempre creeré que son esas experiencias las que uno realmente extraña. De pronto y por acá aparecerán las historias de Amalia y Marcos contadas por Ades y el chino. De pronto y sí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Que genial toda la historia del libro. Yo estaba en la U y Adelaida también cuando salió el libro. Recuerdo haberlo visto de lejos y haber escuchado lo de la doble autoría. No sabía que era suyo también.
Estaré pendiente de que aparezca.
saludos.

Antonio González dijo...

Saludos Vania! jaja, dese una vuelta por Sophos, el fondo de cultura económica o El pensativo y de pronto lo encuentra, auque ésto sería casi un milagro, no creo que lo conserven (verá, lo de los tornillos resultaba un poco peligroso para los libros vecinos apilados). Quien sabe donde estarán.... y bueno, de pronto y aparece por acá. eso no se sabe, pero sería bueno. Gracias por comentar!